Por qué divulgar en las aulas sobre las abejas silvestres

Yaiza Sahuquillo Baudés
Yaiza Sahuquillo Baudés
Una Imagen para Por qué divulgar en las aulas sobre las abejas silvestres

Los insectos, y las abejas silvestres en particular, son animales capaces de despertar la admiración de cualquier niño que las descubra. Normalmente nuestro primer acercamiento al conocimiento de la naturaleza en mayor profundidad es en la escuela. Durante años nos explican la reproducción vegetal en las plantas con flores. Cuando se trata la polinización por insectos, se reduce a la que realiza la abeja de la miel. Esto ha provocado que muchos de nosotros hayamos crecido creyendo que sólo existe una única especie de abeja responsable de la polinización de las plantas y los cultivos. Y nada más lejos de la realidad: la carga está repartida entre las casi 20.000 especies de abejas que habitan en nuestro planeta.

Una manera de cambiar esta visión sesgada de los polinizadores y de dar a conocer la diversidad de especies de abejas silvestres es la divulgación en los centros escolares. Pero, ¿por qué es importante llevar las abejas silvestres a las aulas?

Una de las razones es que** aún podemos saber más sobre ellas**. Además de ser un grupo de animales bastante complejo de identificar e investigar, los estudios sobre abejas silvestres son bastante recientes en comparación con otros taxones del mundo animal y vegetal. 

La Lista Roja Europea reunió la información del estado de conservación de las abejas nativas europeas en 2014 por primera vez. Es significativo que, para algo más del 50% de las especies, no hallaron información suficiente de su estado de conservación. La ciencia ciudadana puede llegar a ser una herramienta muy útil para acelerar este proceso y para eso necesitamos despertar simpatía e interés por las abejas entre los ciudadanos y los más jóvenes.

Por otro lado, el desconocimiento es un mal aliado para promover buenas prácticas en las técnicas agrícolas y de jardinería. **Si no sabemos qué necesitamos proteger, tampoco sabremos cómo hacerlo. **Las abejas silvestres tienen una gran diversidad de formas, tamaños y colores, así como también hábitos de nidificación muy diversos. Además, existen especies de abejas que se alimentan de néctar y polen de géneros o familias de plantas concretas (llamadas especies oligolécticas) e incluso de una especie de planta en particular (monolécticas), algo que las convierte en especies de especial interés para su conservación, por el grado de exclusividad en las labores de polinización y para la supervivencia de esas plantas estrechamente relacionadas con ellas.

En este sentido, los centros educativos son un nicho estupendo para realizar divulgación científica sobre las abejas por varias razones:

-         La juventud es el futuro. Enseñar la diversidad de abejas y lo fundamental de su existencia a edades tempranas es la mejor forma de asegurar que en el futuro haya una mayor conciencia sobre la importancia de las abejas silvestres en los ecosistemas. Son ellos quienes tomarán entonces las decisiones.

-         La juventud  también es  el presente, y en él, potenciales agentes de cambio. Además, a través de ellos se educa también a su entorno y familia. Expanden y comparten lo aprendido al llegar a casa con su familia y su entorno más cercano, por lo que invertir en ellos tiene un efecto amplificador.

-        Es necesario reconectar a los más jóvenes con la naturaleza. Pese a que cada vez estén más presentes en el aula temas como el cambio climático, la contaminación o la pérdida de biodiversidad, abordar cuestiones que ya son evidentes y tangibles dentro del aula no resulta tan efectivo como trasladar el aula a la naturaleza y promover el aprendizaje en base a la experiencia. Especialmente en el caso de las abejas silvestres puede ser mucho más interesante y divertido ver in situ la cantidad de especies que se puede encontrar en sólo un par de plantas cómo mostazas de campo, borrajas, caléndulas o manzanillas típicas de muchos campos o bordes de caminos. El contacto directo puede ayudar a transformar la percepción de los insectos y de la naturaleza, y así favorecer una actitud más empática y responsable con otras formas de vida y su entorno.

-          Por último, los centros escolares suelen disponer de espacios amplios, como el patio de recreo, donde parte de los mismos puede ser transformado en un jardín de plantas silvestres y/o huerto escolar. Esto cumple con una doble función: aumentar las zonas verdes de nuestros pueblos y ciudades, y acercar la naturaleza a los más pequeños sin necesidad de trasladarlos a espacios exteriores.

Como os mostramos en nuestro último proyecto “ZUM BEE DOS” , hay pequeñas y grandes acciones que pueden ayudar a nuestras abejas. Todas ellas pensadas, también, para realizarse en espacios como centros escolares. No obstante, ya contamos con algunos ejemplos de proyectos de divulgación de polinizadores en el ámbito escolar, por ejemplo:

En el Real Jardín Botánico de Madrid, en 2016, se realizaron talleres de formación para docentes de educación Primaria y Secundaria sobre polinización. Estos cursos tenían un contenido teórico y práctico donde se ofrecieron recursos didácticos y herramientas para hacer seguimiento de polinizadores.

En 2021 tres centros educativos de Murcia se unieron para llevar a cabo el proyecto “Corredores agrícolas para la adaptación al Cambio Climático de las poblaciones de polinizadores”, iniciativa desarrollada por la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) en el que se crearon tres espacios verdes para aumentar la conectividad entre espacios naturales y favorecer la presencia de los polinizadores. En la misma localidad también se realizó este proyecto, esta vez con estudiantes de Bachillerato del Colegio Santa María de la Paz.

Hace poco nos compartía Laura Pérez por Twitter el proyecto que están realizando los alumnos de primaria del CEIP Reyes Católicos de Santa Fe (Granada), en el que profundizaban en la polinización a través del arte. En este proyecto tan original, los alumnos han elegido una especie de polinizador y han investigado sobre él realizando una ficha y una ilustración científica del mismo. Contando además, con asesoramiento técnico por parte de ilustradores científicos y entomólogos. El resultado se convertirá finalmente en una guía de insectos polinizadores de Santa Fe hecha por ellos mismos.

Por último, nos gustaría compartiros un proyecto muy especial e innovador que realizaron niños y niñas de 8 a 10 años de la escuela primaria de Blackawton (Inglaterra). Guiados por su profesor y el neurocientífico Dr. Beau Lotto, llevaron a cabo su primera investigación científica que ellos y ellas mismas plantearon, experimentaron y resumieron en un artículo científico. Descubrieron que “los abejorros pueden utilizar una combinación de color y relaciones espaciales para decidir de qué color de flor se alimentan”. Más allá del descubrimiento en sí, que fue incluso publicado en la reconocida revista científica Biology Letters, es una demostración de que es necesario creer en la capacidad de comprensión y en la creatividad de los más pequeños, cuyos ojos son curiosos y su mente, despierta. También, una prueba de que llevar la ciencia a las aulas es posible y puede ser de todo menos aburrido. Vale la pena leer el artículo completo que encontraréis en el hipervínculo.

En nuestra búsqueda hemos encontrado más ejemplos de proyectos sobre polinizadores en el aula, pero la mayoría están enfocados en la abeja de la miel. Confiamos en que pronto sean muchas más las especies de abejas silvestres que revoloteen en el imaginario de los más jóvenes, si queremos ver nuestros campos y cultivos llenos de flores y frutos.